“Passionerosato”: Orígenes y Maridajes de los Vinos Rosados
Orígenes, historia, características y maridajes de los vinos rosados que cada vez ganan más terreno entre los blancos y tintos.
El rosa que conquista , el rosa que hace tiempo que empieza a abrirse paso con fuerza entre sus hermanos mayores, ese tinto y ese blanco que siempre han reinado en la mesa en función (nos gusta creer que siempre es así...) de la comida que se ofrezca.
Los orígenes
Existen diversas escuelas de pensamiento sobre el origen de los vinos rosados , cada una de las cuales reporta otras tantas posibilidades de nacimiento, aunque la cuestión aún hoy no está del todo aclarada y las opiniones al respecto siguen siendo discordantes. Según varios expertos en vino, estos orígenes son bastante recientes. El producto, de hecho, fue creado por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial y más precisamente en 1943, cuando nació el legendario “FiveRoses”, el primer vino rosado de la empresa Leone De Castris , comercializado en Italia y exportado a Estados Unidos: es un vino de Puglia, específicamente de Salento, embotellado en Salice Salentino y obtenido a partir de un 90% de Negroamaro y un 10% de Malvasia Nera. Hoy en día es uno de los vinos rosados más conocidos en Italia y en el extranjero.
Sin embargo, muchos estudiosos sitúan las raíces del buen rosado en la antigua Francia , donde existía la necesidad de un “ vin de soif ” ligero y refrescante para acompañar las comidas. Al debate abierto se suma otra versión que remonta el rosado a los tiempos de los griegos, que mezclaban uvas negras y blancas para obtener un resultado único.
Existe también una evocadora leyenda ligada a este producto, que tiene como protagonista a un sacerdote que vivía a orillas del lago de Garda. Vivía de los regalos de sus compañeros de aldea, quienes, sin embargo, pronto ya no tenían medios para mantener al hombre religioso. El sacerdote , sin embargo , no se desanimó: en un destello de astucia, para obtener el vino destinado a las funciones eclesiásticas, perforó un cuba en el que reposaba una bebida que había estado en contacto con los hollejos durante demasiado poco tiempo. El color, por tanto, no era rojo ni blanco, sino rosado.


Métodos y características de producción
Más allá de las historias populares, sin embargo, es cierto que el proceso utilizado para obtener este vino es realmente particular: las uvas utilizadas son negras, pero se vinifican en blanco mediante una corta maceración que dura un máximo de 36 horas. El proceso incluye también el orujo, que aporta al mosto sus intensos matices. Con este truco se crea un producto “a medio camino” entre el vino tinto y el blanco.
Pero ¿cuáles son las características organolépticas del vino rosado ? Una de sus características que llama inmediatamente la atención es su peculiar tonalidad. Estos vinos, además, se clasifican según su tonalidad de rosa: van desde un rosa claro, similar al melocotón, hasta un rojo clarete, un rojo cercano al rubí, pasando por un rosa cereza que recuerda al color de las cerezas.
Un elemento de este tipo contribuye enormemente a la elegancia de la bebida, junto con su aroma fresco y a veces afrutado y su cuerpo delicado, ligero pero profundo. Pero ¿cuándo es mejor beber un vino rosado? Dado que la belleza de este mundo es que nadie puede cuestionar el gusto personal, existen, como en todos los aspectos de la vida, reglas o pautas que, si se siguen, conducen a disfrutar al máximo de una situación o, como en este caso específico, de un producto. En cuanto a maridajes, el rosado es quizás el vino más versátil de todos, incluso más que los blancos y tintos clásicos.
El rosado debe servirse frío, pero nunca helado. En primer lugar, su temperatura ideal de servicio ronda los 10-12°, como el vino blanco, y su graduación alcohólica suele estar comprendida entre el 12,5% y el 13,5%: una excepción son algunos rosados de Apulia como el Negroamaro, el Primitivo o incluso el Aglianico, que pueden alcanzar el 14,5% de graduación alcohólica.

Los mejores maridajes para vinos rosados
El sabor del vino rosado es muy suave, dado por la breve maceración de los hollejos y por tanto por la presencia de pocos taninos. Tiene un aroma delicado que recuerda a cerezas, fresas y fruta fresca en general.
Dicho esto, ¿con qué platos podemos maridarlo mejor? Acompaña magistralmente tanto platos de pescado como de carne; Una buena copa de rosado acompaña perfectamente a risottos, ensaladas, postres y aperitivos que, sobre todo en verano, pueden sustituir fácilmente a un vino espumoso o a un vino blanco, satisfaciendo incluso a los amantes del tinto más exigentes.
En definitiva, se trata de un producto muy completo que, consumido con moderación, aporta además una serie de beneficios al organismo: por sus diversos componentes, el vino rosado tiene un efecto antioxidante y actúa beneficiando el sistema cerebral y cardiovascular. Aprendamos pues a acercarnos con más frecuencia a este producto y a disfrutar de su versatilidad, capaz de soportar las situaciones gastronómicas más dispares o un agradable aperitivo como antesala de una comida o cena donde tendremos la posibilidad de continuar con el mismo producto o posiblemente dejar espacio para los hermanos tintos y blancos más "frecuentados": lo importante, si se cambia de tipo de vino, es respetar siempre la graduación alcohólica que debe ser siempre creciente.
¡Dejemos pues paso a los vinos rosados y a sus matices capaces de regalar una pasión inesperada!
Escrito por Carlo Attisano para mangiaebevi.it