El vino y las estrellas: cómo los antiguos astrólogos elegían el momento perfecto para la vendimia
En la antigüedad, el vínculo entre el cultivo de la vid y las estrellas se consideraba sagrado. Los antiguos astrólogos creían que las estrellas y las fases de la luna influían profundamente en la calidad de las uvas y, en consecuencia, del vino. En particular, la cosecha se planificaba según la posición de la luna y otros cuerpos celestes, creyendo que una cosecha realizada bajo la influencia de una luna creciente podría garantizar un vino más robusto y longevo. También se observaban cuidadosamente las fases de la luna nueva y de la luna llena: la primera estaba asociada con la fertilidad y la abundancia, la segunda con la plenitud y la maduración.

Esta antigua sabiduría astrológica, aunque hoy en día no se sigue estrictamente, ha dejado un legado en las tradiciones vitivinícolas de muchas regiones italianas, donde algunos productores de vino continúan considerando las fases de la luna en el calendario de actividades de la bodega. Esta fusión de ciencia, espiritualidad y agricultura nos recuerda que el vino, en el pasado, no era sólo una bebida, sino un símbolo de conexión entre la tierra y el cosmos.