San Leonardo, 1982: es el año cero de un vino destinado a escribir un nuevo y significativo capítulo en la historia de su territorio y de la vitivinicultura italiana.
De ese lugar y de su monasterio se venía hablando desde hacía más de mil años. Pero fue la intuición del marqués Carlo Guerrieri Gonzaga la que dio origen a un proyecto capaz de interpretar al más alto nivel lo que su tierra podía expresar.
Estamos en Vallagarina, al sur de Trentino. Enclavada entre los Montes Lessini y el Monte Baldo, bañada por el río Adigio, se encuentra la finca San Leonardo. Aquí se cultiva una variedad Merlot desde principios del siglo XX y una particular Cabernet Franc desde finales del siglo XIX, capaz de dar una gran personalidad a los vinos, tanto que más tarde se entendió que era una auténtica rareza: Carmenère. La preparación enológica de Carlo Guerrieri Gonzaga, su conocimiento de los grandes vinos de Burdeos, la introducción del Cabernet Sauvignon en el viñedo y de nuevas técnicas en la bodega, junto con la voluntad de dar una verdadera profundidad empresarial a su empresa, son los componentes clave que permitieron el nacimiento de San Leonardo en 1982.
Un vino que se convirtió inmediatamente en un icono porque contenía características únicas en el panorama vinícola italiano: expresión de su territorio, bordelés en su mezcla, “nórdico” en su frescura y elegancia, inconfundible por una figura estilística que une complejidad y sustancia en perfecta armonía.
Han pasado más de cuarenta cosechas desde 1982, pero San Leonardo siempre se ha mantenido fiel a sí mismo, a pesar de la diversidad de las añadas, destacándose por su refinamiento y autenticidad, las mismas cualidades que distinguen al marqués Carlo y a su hijo Anselmo, a quien en 2012 se le confió las riendas y la custodia de la finca.
La esencia de los vinos de la finca, su magia, se debe en primer lugar a la tierra donde nacen. El marqués Carlo escribió: “La tierra es el alma de nuestra profesión” y su hijo Anselmo precisa: “Lo que hace único a San Leonardo son también las personas que han vivido y cuidado con amor este territorio durante generaciones”.